jueves, 12 de noviembre de 2009

Nuestra Palabra es Escuchada. Hoy Noviembre 11

Informe:”Jornada Lectura de Ensayos”. Noviembre 11-09.


El PsicoDrama Psicoanalítico, una teoría, una practica, una experiencia.


Cada año se conmemora- desde 1893-, un año más del origen de la técnica llamada Psicodrama, siendo esta una herramienta encauzada en el explorar la realidad de los seres humanos en sus asuntos más íntimos, cargados de afecto, es decir, en los más dramáticos, donde gracias al hallazgo de lo simbólico, se trata de la explicación de las afecciones del pasado proyectadas en el presente.


Es una forma concienzuda de abordar el inconsciente que abarcaría la intromisión en muchos campos, como el organizacional y el acertamiento en principio de la realidad, que tiene un grueso enlace con lo simbólico, y el cual posee dos clara licuefacciones; siendo la primera el descubrimiento del inconsciente, conociendo esta como una menoría en latencia y como segundo las catarxis como modo de liberación de las penas del alma.


El psicodrama, es un método idóneo para romper con la monotonía y el minimalismo, del mundo contemporáneo en miras de degradación paulatina, es un claro ejemplo del como tener tiempo para indagarse, para romper con la prisa que nos aprisiona.


Todo lo creado – lo llamado la puerta-, es indicado como un producto del sujeto, produciendo un movimiento significante produciendo un corte mordaz en el transcurrir interaccional de la historia y através de la experiencia crea en cada sujeto un saber de proporciones inéditas, magnas y conspicuas.

La puerta consta de un pilar teórico, practico y ético, totalmente correlacionales, que a su vez se basan de forma principal por dos componentes esenciales; un es todo lo elaborativo, comprendiendo este como la construcción de sentido, de lo que nos afecta como seres humanos, como seres en relación con el otro, y lo formativo, simplificando esto con el saber, precedente de un hacer e integrando los sabiendo hacer.


La puerta abre al sujeto, le brinda la oportunidad de expresar de forma abierta lo que es, lo que siente, lo que desea y quiere; permite dimensionar el malestar através del mundo, ese problema es subyugar nuestros pensares, poner de forma egoísta nuestros afectos, no expresarse como se es de forma real, no mostrarse como se desea y el no ser como se es, vivir entre extramuros lo que objetivamente se es.


El intento de Suicidio.


Se podría dilucidar lo llamado Suicidio, como una profesión más al igual que tantas que existen, no siempre es morir y ya, sino que a veces se compleja y se trata de hacer relato en la vida del otro.

El suicidio es considerada una practica compartida, aceptada, avalada por los individuos, talvez no por lo relacionado con lo religioso – caben algunas salvedades, donde el morir en búsqueda de un paraíso lleno de montañas de miel, ríos de leche insaciable y miles de mujeres, son el deseo de sus practicantes y devotos- , sino la inmortalidad fantaseada, que se convierte en una realidad para el sujeto, responsabilidad de quien comete el accionar.


El suicidio es perpetuado, o mínimamente buscado, donde la victima es una victima a su vez de otras personas, donde el acto cometido es el despliegue desaforado de locura, victima de las circunstancias que lo circundan, concluyendo como culpable a todos, un circulo vicioso donde todos son condenados por este macabro echo.


Es de notar que en muchas de las entrevistas realizadas a jóvenes contemporáneos que han intentado realizar en sus vidas o mejor dicho acabar con sus existencias, estos han dicho que pensado o cometido el intento de suicidio, no por que no se quieran ni mucho menos, por el contrario por que sus percepciones hacia los otros, demuestran que no nos valoran, que no siente nada de aprecio hacia ellos, que no aprovechan en lo absoluto sus habilidades, menosprecian sus sentires y saberes; que lo intentaban sin importar el resultado, para que a esas persona les pesara, les remordiera en la conciencia el echo de no estar allí cuando los necesitaba, para que se acordaran de ellos cuando les hiciese falta, para que quedara en la posteridad el recuerdo de lo que fue y de lo posible pudo ser, para que de alguna forma esos que no los determinaba se acordaran siempre de ello y dijeran de ellos, que fueron valientes por hacer lo que hicieron.


Psicología y Religión.


La religión es un producto en y por el sentido del ser humano, es un interaccionar con los símbolos referentes de una fe especifica. La psicología a igual que la religión nace como búsqueda, al explicar quienes somos, por qué hacemos lo que hacemos, por quien lo hacemos y en que creemos, por la preocupación desde y hacia el hombre.


Cuando nos encontramos mal, decaídos y no encontramos el porqué de esta situación, buscamos y se encuentra de forma fácil la ayuda de un Terapeuta, como forma esperanzadora de hallazgo de paz y armonía entre nuestro cuerpo y mente, un equilibrio elemental para estar y sentirnos bien, es el modo de confiar en alguien las preocupaciones, tratando de disolver el origen de los problemas, por otra parte al buscar al Sacerdote ocurre de forma, con la varianza de buscar ayuda al espíritu por medio del entregarse en fe, de la cual es símbolo ese ministro de Dios.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Concepción Edipica según Lacan

El Edipo en Lacan I.

Lacan hace una descripción edípica de la estructura intersubjetiva en evolución constante, entendiendo el término estructura como una organización caracterizada por posiciones o lugares que pueden llegar a ser ocupadas por distintos personajes, pero que en fin estarán siempre en juego/correlación constante, siendo cada uno función del otro, así como ocurre en el primer tiempo de Edipo, en el cual la variable independiente seria la madre, es decir, aquella de la cual depende el neonato, donde este necesita que se cumpla la función de alguien que en él encuentre a quien cuidar y deposite su afecto.
El Edipo Lacaniano es la descripción viva de lo que realmente es una estructura y los efectos representativos y/o significativos que dicha organización produce en la que la integran.

Siendo lo que circunda entre todos los integrantes de esta estructura un factor fálico, entendiendo falo como el significante de una falta, como el significante de deseo, comprendiendo a su vez que significante como una simple traza de materia ya que como todo lo existente ocupa un tiempo y un espacio, es un elemento discreto, diferenciado del conjunto de los electos significantes, es una presencia de una ausencia nombrando y trayendo en acotación las cosas sin tenerlas al lado, solo recordando sus características e internalizando las experiencia con referencia a ese objeto en falta.
Dice Lacan que el significante puede ser tachado por otro significante, destituyendo su función; así mismo pasa con el falo el cual es el significante de algo faltante, esta sustitución es realizada por medio de lo imaginario, gracias al falo imaginario se puede llegar a completar la falta, produciendo su circunstancial reemplazo.
Alguien puede sentir a partir de su elemento en falta, que al poseerlo este lo haría sentir pleno, completo, satisfecho y complacido, es eso precisamente lo que genera el falo imaginario, permitirle al sujeto el mantener la ilusión de que nada le falta, estableciendo a lo que le llaman función imaginaria del falo.

El Edipo según Freud, esta centrado en la función del satisfacer la pulsión, mientras que Lacan defiende la satisfacción narcisista.

En primera instancia el niño es el falo de su madre, su objeto libidinal de deseo, donde la madre lo adora e idolatra, posteriormente el diño deja de ser el falo privativo de su madre y llega como sustitución a ese falo otro significante de deseo, es allí donde el falo omnipotente y omnipresente del padre se hace presente, imponiendo una privación de la madre hacia su hijo y viceversa, y como ultimo referente edípico el falo del cual el padre es el poseedor, no es el falo verdadero, es decir, este falo de nueva excepcionalidad y el cual se a reinstaurado es la cultura.
Según Lacan y sus postulados, el Edipo es una etapa que consiste en superar el falo de sus representaciones, siendo como referente el pene y sus significaciones en primer lugar, por medio de su subjetivación, donde el niño tiene pene y las niñas no, así un sujeto inscribe en sí la castración en su memoria latente.
El Edipo en Lacan II.

Primer tiempo del Edipo.

En el interaccionar de la estructura, primigeniamente se consideran dos elementos formadores de esa ecuación organizada, donde el niño desea ser el todo para su madre y ella lo desea como objeto de deseo, donde este grado de deseo es dependiente del grado de amor que esta exponga hacia él, creyendo que por esa criatura es feliz, que por él se siente satisfecha. En el primer tiempo, se reconocen las presencias del niño y la madre, y el falo que para la madre ese infante es inequívocamente, n existe ni la menor sospecha de la existencia de la presencia aunque recóndita presente del falo imaginario, ya que el niño se considera indiscutiblemente el falo y no concibe en su espacialidad la existencia de otro ser más allá de él, ya que el niño se siente omnipotente haciendo lo que sea posible a sus alcances para obtener el amor y la atención de su madre , sin embargo en estado inconciente por parte de la madre, la existencia de ese falo simbólico, totalmente preponderante esta allí.

La relación que el neonato profiere con su madre, será referente de la incursión del niño al leguaje, donde en principio la madre se ocupaba por el hablar por él.
En esta estructura relacional, se evidencia una relación dual completamente, relación imaginaria, es decir, dos personas se encuentran enclaustrados, presos en una ilusión, donde cada uno posibilita que el otro se mantenga en ella.

En el primer tiempo del Edipo, la madre siente en su no estar completa el retorno a su propia castración, de allí se encuentra como lógico, la incursión por parte de esa madre – que a la final es mujer, un ser humano con deseos de descargarse pulsionalmente-, de buscar algo que la complete, a diferencia de lo llamada madre fálica como aquella a la que no le hace falta nada, ya que posee a alguien para quien ella es todo. En el transcurso de este tiempo existe una constate omnímoda, donde la ley es la madre, así como el hijo es el falo.
Segundo tiempo del Edipo.

Es en este primer tiempo en el que se localiza el principio de las perversiones, pues es rescatable la identificación del niño con la madre y la relación filial de esta con la criatura.
El padre interviene en este tiempo como un padre privador, ya que ayuda a disolver a la madre referente al niño como objeto de deseo, esa criatura deja de ser el falo de esa niñita que lo había encontrado, este fenómeno de es llamado Colapso Narcisista.
Es fundamental que en este tiempo la madre deje de lado el deseo de la madre hacia el niño y desee en principio al padre – como elemento primordial-, o cualquier otra cosa que la aparente completa, esto quien lo creyera facilitándole las cosas al niño, ya que gracias a ese destete, el niño pasa de ser objeto dependiente del otro, a ser sujeto; además de crear una línea imaginaria entre el niño y la madre, donde se le pone al padre lugar de primacía, que hace entender al niño que ella esta enamorada de su esposo, que ya ella no posee ese deseo devorador que antes tenia, es así como es el paso interaccionar del primer al segundo tiempo del Edipo. Es totalmente identificable la función del padre como privador al niño de la madre y a la madre del niño, llamando esto Castración K, dependiendo de principio a fin este proceso por el mismo deseo de la madre, se decir, que ella permita el debido proceso, por lo contrario se instauraría la perversión; es en este tiempo en el que se forma la personalidad y el carácter del neonato, proyectado a un futuro no muy alejado.

No obstante, el padre no es solo privador, también es interlocutor, ya que comunica dentro de la relación madre e hijo, la ley de prohibición del incesto, mostrándose como un padre terrible. El padre y su simbología, a partir del como ejerce y establece, se hace percibir dentro de la relación como un padre completo, dándose esta figura configurada en dos formas: La primera es la percepción de un padre que se cree la ley, un padre que transmite de forma caprichosa sus normas, realizando un símil es te padre con el conocido como el padre real el de Tótem y Tabú. O la segunda opción que es el reconocimiento de la figura paterna como un personaje que represente, más no se crea la ley, este es el padre simbólico, el padre real.

El niño le hace constantes demandas a la madre y se encuentra con ese otro, el cual le prohíbe la unión tan estrecha que desea establecer con su madre, ese otro que le impide el incesto, es donde este padre simbólico regula la relación e instituye la ley, donde la madre es la llamada, la responsable de imponer el limite en esta relación.
Es por ello que el complejo de Edipo esta calificado como el momento, como el paso del ser al tener – el tener en el caso del niño o al no tener en las particulares circunstancias de las niñas-, el echo de lograr subjetivar la diferencia de entre los sexos instaura lo llamado Castración K Simbólica.

En el primer tiempo del Edipo se fomenta el apego y el vínculo madre/hijo, y al entrar al segundo tiempo se instaura la castración simbólica.
Tercer tiempo del Edipo.

El padre es aparecido en este como un elemento castrado y sometido a la ley; el padre simbólico es la significación del padre muerto y en ese momento empieza a ser operante la ley del incesto. Hasta el culminar del segundo tiempo del Edipo se habla de un falo imaginario, en la entranza se comienza ha hablar de falo simbólico, apareciendo permisivo y donador, diciéndole al niño que puede buscar mujer cual fuese por fuera de su hogar.

Metáfora del lenguaje, sustitución de un significante por otro; así pasa con el padre, creándose una metáfora donde hay una nueva creación de sentido, de un significado nuevo; donde las formaciones del inconsciente poseen las estructuras del lenguaje y las creaciones de sentido, el padre en esta instancia poseería, un nuevo significante en su nombre.
A continuación a este nuevo significante, lacan va ha puntualizar sobre dos aspectos:
Queda inscrita la ley, es decir, la prohibición del incesto.
Se produce una castración simbólica, que es el hecho de que el sujeto sepa que existen dos sexos, identificando y diferenciando cual de los dos posee o no posee el falo.

El nombre del padre sus sustituye el de la madre, ya que el efecto significante del nombre del padre sustituye a su vez el deseo de la madre, llevando a la identificación fálica, siendo esta la forma como el individuo subjetiva la existencia o no del pene/falo simbólico, encontrando la diferenciación sexual a partir de la castración simbólica.
El neonato observando la diferencia sexual se preocupa, pregunta y se crea teorías del porque hay personas que no tiene lo que el tiene, es allí donde empieza su fase de exploración y búsqueda en pos del conocer lo que le genera duda o incertidumbre.
De explorar arduamente, el niño reconoce que hay seres que no tienen pene y que esos seres se llaman niñas, pero sigue desmintiéndolo, afirmando que la madre de esas niñas le tiene guardado ese pene.
Pese a la creación de teorías, la castración e identificación más significativa es el comprender que la madre incluida en ese género de niñas, ella tampoco tiene pene, es decir, inmiscuir a la madre en esa castración.

Luego que el niño de forma subjetiva, pasa por el proceso de identificación, este se pregunta y responde a si mismo que si lo tiene es hombre y si por lo contrario no lo tiene es mujer.
La identificación es el ideal del yo, es una constelación de insignias, un conjunto de palabras, mientras el yo ideal pasa por la fase del espejo, el narcisismo, el significante, los rasgos observables siendo las insignias son distintivos que lleva alguien para que sea reconocido, en el niño se refiere a rasgos tomados del padre o de la madre si no se es niño sino niña, y así llegar al asumirá una posición o identidad sexual, es decir, ser hombre o mujer.

En este tercer tiempo del complejo edípico, se espera llegar a que se identifique, gracias a las insignias del padre del mismo sexo, a partir de las insignias del padre de su mismo sexo.
Se origina paralelamente una tipificación, es decir, el modo de igualar a los hombres en los grupos de hombres y viceversa con las mujeres, generando a lo que se le llamo normatización del complejo de Edipo.

El mecanismo de la estructura perversa es la renegación de la castración mientras en la estructura neurótica es la represión de esa castración y por ultimo en la estructura psicótica el mecanismo es la forclusión del nombre del padre.

viernes, 23 de octubre de 2009

El no reconocimiento imaginario de un saber simbólico.

Informa de lectura: Sobre “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica” de J. Lacan.


Lacan habla por primigenia vez del estadio del espejo en 1953, inclusive lo trastoco en 1938 en su obra “la familia”. Al hablar de este estadio encuentra la ubicación a la conciencia de sí y a la lucha del puro prestigio, al igual que el narcisismo y la pulsión de muerte; y con interesante retorno por el indagar sobre las luces que aporta sobre la función del yo.

El estadío del espejo es un momento psíquico comprendido entre los 6 y 18 primeros meses de vida, en los cuales se concibe en el infante una unidad corpórea, gracias a la identificación de su imagen a partir del reflejo de si mismo en el espejo.

Prematuración. Lacan destaca como adelanto el echo tal de que el bebe reconozca con fascinación su imagen al reflejo ante el espejo, mediante la sucesión de gestos lúdicos prematuros que asocian lo reflejado con lo que se esta efectuando realmente, gracias a visual está relativamente avanzado en madurez; afirmándose que este es el primer acto inteligente humano, ya que el infante no camina, ni es capaz de ponerse de pie, instaurando a su vez una libidinización esencial con nuestra imagen corporal, siendo este aspecto base de la subjetividad y del orden imaginario.

Conocimiento Paranoico. En el umbral de los 18 meses se identifica un de libidinización dinámica que es insano para el bebe, donde se reconoce que el yo es producto del desconocimiento, donde el bebe fusiona a si mismo. Lacan dice que de lo que no se conoce se imagina; es por vías del reconocimiento que se llega al conocimiento de si mismo, formándose el yo; es la unión de lo imaginado se si mismo y el reconocimiento de la imagen lo que se denomina Conocimiento Paranoico. Al crecer el bebe, en un principio en pedazos, crea una simbiosis con el cuerpo de su madre, entre él y el mundo de fuera, es la madre precisamente quien lo lleva a la identificación por medio del reflejo a través del espejo, donde en primer instancia, se igualara con el otro, el otro del espejo; este es el primer momento de desconocimiento del ser en el ser humano.

Identificación. El estadio del espejo, es una etapa de múltiple identificación, ya que el bebe va ha adoptar una imagen – una imago-, encontrando ese neonato una subjetividad de esta imagen, apropiándose de ella, sintiéndose parte de ella, a partir de las imago, que son esencialmente imágenes de otras personas. El bebe encuentra una adecuada identificación a partir de la desgracia en cuanto a su impotencia motil, encontrando en al identificación una dialéctica entre el otro, como paso siguiente a la liberación universal del sujeto en proyecto, por medio del lenguaje.

El bebe ve su imagen como una totalidad, contrastada con la falta de coordinación corporal, solo se es un cuerpo fragmentado.


Gestalt. Durante este estadio se genera una llamada tensión agresiva donde estarán en contraposición el bebe y su imagos, donde la imagen amenaza al infante con la fragmentación, esta angustia de fragmentarse hace que el bebe se logre identificar con la imagen, identificación que lleva a la formación del yo, mientras paralelamente hace una relación del ser humano con el animal, respondiendo a la imagen conjunta de si, de su realidad y de los de su misma especie, liberando innegables respuestas en pro de su adaptación. El estadio del espejo establece una relación entre el interior del organismo con la realidad exterior.

Esa gestalt de esa imagen corporal, es la directa responsable de la generación de respuestas, substancialmente sexuales de orígenes instintivos.


Cuerpo fragmentado. Lo imaginario, es decir, lo que no se concibe, lo que no se conoce, aunque lo es así, acarrea ciertas e innegables consecuencias para el bebe, imponiéndose poderosamente en la realidad subjetiva, en la formación singular, la historia y del desarrollo mental del neonato; donde el bebe siendo como un invidente es presa solo de ilusiones, no se identifica, se concibe como una nada, o como algo sin unidad, algo fragmentado.

Siendo el referente clínico de la fragmentación, regularmente los sueños, donde se presentan como entes desunidos o formadores de una anatomía totalmente fantasiosa o por el contrario una formación del yo soñada a partir de un campo fortificado, lo que significa una edificación en formación de sus mecanismos defensivos, esto llamado método de reducción simbólica, que sintetiza la eliminación de rasgos imaginarios por la adopción del símbolo, Lacan a diferencia de los analistas de su época opto por el uso de la simbología como medio único de desalojar las uniones ilusorias de las imaginarias.


Narcisismo. Ya consumido el estadio del espejo, se funda para el sujeto una primer dialéctica, un primer modo de vincularse con la esfera social. Donde el deseo propio queda mediado por el deseo del Otro, constituyendo sus afectos en equilibrio abstracto por rivalidad del otro, formando al unísono un yo funcional autoconservativo, del cual dependerá como este bebe pasa por el Complejo de Edipo, que es para Lacan la conquista de lo simbólico ante lo imaginario; organizando su objeto sexual, su deseo. Lacan destaca además, la construcción en el sujeto del narcisismo primario, donde también además de la identificación primaria con nuestra imagos, se nivela los caracteres de erotismo y agresividad, donde es erótico porque se produce una atracción hacia la gestalt de su imagen y agresivo por la total y fuerte fragmentación del cuerpo real del sujeto; siendo la relación narcisista la base imaginaria de todas las relaciones humanas, caracterizada por la agresión y el erotismo.

En todo el estadio del espejo solo se pone en juego una identificación imaginaria, una identificación primaria del ideal del yo.


Desconocimiento del yo. Lacan critica al existencialismo, bajo toda corriente que toma prestada la experiencia analítica, pretende el psicoanálisis existencial, alentada por la autonomía del yo o por la autosuficiencia de la conciencia, siendo solo una ilusión de fusión de identificación con la imagen, alineándose a si mismo, transformándose en otro, donde la autonomía del yo es solo una simple ilusión narcisista de dominio. Siendo quien goza de autonomía el orden simbólico y no el sujeto, ya que el es otro, esta alienado, donde el yo es otro.


Si el yo cumpliese una función, esta tiene por nombre «función de desconocimiento. No desconocimiento entendida como ignorancia, sino como una cierta organización de afirmaciones y negaciones adheridas al sujeto, “seguramente tiene que haber una especie de conocimiento de lo que hay que desconocer”

Y este fue el estadio del espejo una inercia propia de la formación del yo. Donde es esencial la experiencia del no reconocimiento imaginario de un saber simbólico.